Las personas comúnmente asocian la transformación de rocas con calor y presión con la creación de diamantes. Los diamantes, sin embargo, representan solo una forma de metamorfismo. Algunas rocas metamórficas se producen por alta presión y bajo calor, otras principalmente por calor y agua extremos. Las fuentes de calor y presión también pueden variar, lo que puede incluir entierros y terremotos, y tener un impacto significativo en cómo se transforma una roca.
Agentes metamórficos
Los tres factores que contribuyen al metamorfismo son el calor, la presión y la presencia de fluidos químicamente activos. El calor puede ser el resultado de cualquier combinación de tres fuentes distintas: radiactividad, la fricción de las placas tectónicas que se deslizan una sobre otra o de la fuerza de compresión constante de la gravedad. La presión puede surgir de la aplicación directa, como la fuerza de una placa tectónica presionando contra una roca. La presión también puede acumularse sobre una roca enterrada en forma de gravedad, que tira toneladas de material hacia abajo contra esa roca. El fluido activo más común en el metamorfismo es el agua, que circula a través de las rocas a medida que se calientan, y fomenta los intercambios químicos entre sus moléculas y las moléculas de la roca.
Tipos de metamorfismo
Al igual que hay tres agentes que afectan el metamorfismo, hay tres tipos generales de procesos metamórficos: metamorfismo dinámico, metamorfismo de contacto y metamorfismo regional. El metamorfismo dinámico es la forma menos común de metamorfismo, y es un proceso basado en la presión que se produce principalmente a lo largo de las líneas de falla. El calor y los fluidos no juegan un papel importante aquí. Este proceso produce rocas tales como milonita, que tienen texturas lineales distintivas. Metamorfismo de contacto, por el contrario, utiliza calor y líquidos en lugar de alta presión. Esto también se conoce como metamorfismo hidrotérmico y produce muchas gemas y minerales, como el cobre y la plata. El metamorfismo regional es el proceso que incorpora alta presión y alto calor, y es responsable de producir diamantes. El metamorfismo regional suele ser el producto del calor y la presión del entierro.
El metamorfismo y el ciclo del rock
El ciclo del rock es la serie de procesos transformativos que experimentan las rocas y las diferentes formas que adoptan. El metamorfismo es solo un proceso en este ciclo, pero es fundamental ya que prepara rocas sedimentarias para fundirse de nuevo en magma, después de lo cual ese magma puede volver a enfriarse para formar una nueva roca ígnea. En este contexto, el metamorfismo puede verse como un proceso que concentra los componentes de las rocas, similar a un compactador de basura, antes de que se incinere en las profundidades de la corteza terrestre.
Influencia del origen
A un lado a partir de los factores de presión, calor y agua, la composición mineral de una roca ígnea también contribuye a los resultados del metamorfismo. Los efectos de la composición original se manifiestan en la textura de una roca, y los geólogos usan esta calidad de textura para categorizar estas rocas. Las rocas foliadas son aquellas que muestran características lineales distintas en su composición física, que son el resultado directo de la alta presión del metamorfismo regional. La pizarra, la filita y el esquisto son ejemplos de rocas foliadas. Las rocas metamórficas no foliadas, por el contrario, no muestran texturas lineales o planas, o foliación, lo que indica que estas rocas se formaron a partir del metamorfismo de contacto térmico. El mármol es un ejemplo de roca metamórfica no foliada.