Las rocas ubicadas en la superficie de la Tierra o cerca de ella se degradan continuamente por un proceso natural conocido como meteorización. La intemperización descompone las rocas mediante mecanismos mecánicos, químicos y biológicos. Estos procesos a menudo trabajan juntos para lograr la erosión final de una roca determinada. Con el tiempo, estas fuerzas de meteorización pueden nivelar montañas enteras o tallar cuevas masivas.
Conceptos básicos sobre meteorización
La naturaleza presenta dos fuerzas destructivas primarias: la meteorización y la erosión. La erosión implica la desintegración y la descomposición de las rocas. Esto ocurre en, o cerca de, la superficie y siempre tiene lugar donde se encuentra la roca. La erosión, por otro lado, implica la incorporación y el transporte de los productos de la intemperie por parte de un agente móvil, como el viento o el agua. La intemperie produce pedazos de roca más pequeños que pueden ser similares en composición a la roca madre o diferentes.
Climatización física
La meteorización física implica la descomposición de la roca por medios mecánicos, típicamente cambios de temperatura y presión. Las piezas resultantes conservan su composición original. Uno de los mecanismos principales de la meteorización física de la naturaleza es la congelación. El agua se introduce en una roca a través de grietas y luego se congela. Esto causa una expansión con presiones de hasta 4.3 millones de libras por pie cuadrado, lo que resulta en la fragmentación de la roca. La exfoliación, o descarga, ocurre cuando la presión sobre una roca se reduce debido al levantamiento o la erosión. La presión reducida hace que la roca se expanda, dando como resultado la fragmentación. La expansión térmica y la cristalización son también métodos por los que la roca se desgasta mecánicamente.
Chemical Weathering
La meteorización química implica la descomposición de la roca por medios químicos, lo que significa que la estructura interna de la roca se altera mediante la adición o eliminación de elementos. Las piezas resultantes tienen una composición diferente. La disolución o lixiviación ocurre cuando ciertos minerales se disuelven en agua ácida, como la halita y la calcita. La oxidación tiene lugar cuando el oxígeno se combina con silicatos que contienen hierro para producir óxido. Esto es común en las rocas máficas, que son de composición ferromagnesiana. La hidrólisis ocurre cuando el hidrógeno, típicamente del ácido carbónico, se combina con los minerales de silicato, produciendo arcilla.
Invernadero biológico
La erosión biológica implica la descomposición de la roca por agentes químicos o físicos de organismos. Las piezas resultantes pueden o no retener su composición original. El acuñamiento de raíces es un tipo común de meteorización biológica. Esto ocurre cuando las raíces penetran una roca y continúan creciendo. La presión de expansión causa la fragmentación. La actividad de los animales, como las madrigueras, también puede llevar a la fragmentación. Si bien estos son ejemplos de meteorización biológica física, también hay tipos de meteorización biológica química. Por ejemplo, los líquenes, los hongos y el moho pueden secretar ácidos que alteran la composición química de la roca. Los desechos orgánicos también pueden causar desgaste químico. Esto ocurre cuando se libera carbono durante la descomposición. Este carbono puede combinarse con agua para formar un ácido débil.