1. Combustión: Esta es la forma más común de generar calor. Implica quemar un combustible, como madera, gas natural o petróleo, en presencia de oxígeno. La reacción química libera energía térmica como un subproducto. Así es como los hornos, las chimeneas y las centrales eléctricas generan calor.
2. Fricción: Cuando dos superficies se frotan entre sí, generan calor. Es por eso que tus manos se calientan cuando las frotas. Este principio también se usa en dispositivos como frenos, donde la fricción entre las pastillas de freno y los rotores convierte la energía cinética en energía térmica para frenar un vehículo.