1. Producción de energía: Generar energía a partir de varias fuentes como combustibles fósiles, energía nuclear, fuentes renovables (solar, eólica, hidroeléctrica) y biomasa.
2. Transmisión de energía: Mover energía de los sitios de producción a los centros de distribución y los consumidores a través de redes de líneas eléctricas y tuberías.
3. Distribución de energía: Entrega de energía a los consumidores individuales (hogares, empresas, industrias) a través de redes y redes locales.
4. Almacenamiento de energía: Almacenamiento de energía para su uso posterior, ya sea a gran escala (hidráulico bombeado, baterías) o en una escala más pequeña (baterías domésticas).
5. Conversión de energía: Convertir energía de una forma a otra, por ejemplo, convertir la electricidad en calor (para calentar casas) o energía mecánica (para alimentar máquinas).
6. Gestión de la energía: Optimizar el uso y la eficiencia de la energía, reducir los desechos e implementar prácticas sostenibles.
En general, un sistema de energía tiene como objetivo:
* Proporcione energía confiable y asequible para satisfacer las necesidades de una población y economía en crecimiento.
* Asegurar la seguridad energética al diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia de los combustibles volátiles.
* Minimizar los impactos ambientales Al pasar a fuentes de energía más limpias y sostenibles.
* Promover el desarrollo económico creando empleos y industrias de apoyo relacionadas con la producción de energía, la transmisión y la distribución.
Los objetivos y prioridades específicas de un sistema de energía pueden variar según factores como la geografía, los recursos disponibles y el desarrollo económico. Sin embargo, el propósito fundamental sigue siendo el mismo: para proporcionar un suministro de energía confiable y sostenible para satisfacer las necesidades sociales.