1. calor primordial: Este es el calor que queda de la formación de la tierra misma. Cuando la tierra se formó a partir de la acumulación de polvo y gas, la energía de impacto de estas colisiones se convirtió en calor, y la compresión gravitacional de los materiales también generó calor. Esta fuente de calor inicial se disipa lentamente con el tiempo.
2. Decadencia radiactiva: El núcleo y el manto de la Tierra contienen elementos radiactivos como uranio, torio y potasio. Estos elementos decaen radiactivamente, liberando energía como calor. Este proceso aún continúa y contribuye significativamente al calor interno de la Tierra.
Si bien el calor primordial disminuye lentamente, la descomposición radiactiva es una fuente de calor interna más consistente y duradera. Este calor es responsable de la tectónica de placas de conducción, la actividad volcánica y el campo magnético de la Tierra.