* emisiones de gases de efecto invernadero: Los combustibles fósiles ardientes liberan gases de efecto invernadero como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) a la atmósfera. Estos gases atrapan el calor y contribuyen al calentamiento global, lo que lleva al aumento del nivel del mar, eventos meteorológicos más extremos y otros impactos del cambio climático.
* degradación ambiental: La extracción y el procesamiento de combustibles fósiles pueden provocar daños ambientales significativos. Los derrames de petróleo, la deforestación y la contaminación del aire y el agua son solo algunas de las consecuencias.
* Agotamiento de recursos: Los combustibles fósiles son recursos no renovables, lo que significa que son finitos y eventualmente se agotarán. A medida que la demanda continúa creciendo, nos acercamos a la producción de petróleo pico, lo que hará que estos recursos sean más escasos y caros.
* Inestabilidad geopolítica: Los combustibles fósiles son una fuente significativa de comercio de energía global. Esto puede conducir a la inestabilidad geopolítica a medida que los países compiten por los recursos y la influencia.
* Impactos en la salud: La contaminación del aire de la quema de combustibles fósiles está vinculada a enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.
En resumen, depender de los combustibles fósiles para la energía tiene importantes consecuencias ambientales, económicas y para la salud. La transición a fuentes de energía renovable es esencial para mitigar el cambio climático y asegurar un futuro sostenible.