1. Los electrones en los átomos del objeto están excitados: La energía de la luz se transfiere a los electrones en los átomos del objeto. Esto hace que los electrones salten a niveles de energía más altos.
2. La energía se convierte al calor: Los electrones excitados rápidamente pierden su energía al colisionar con otros átomos dentro del objeto. Esta pérdida de energía se manifiesta como calor, lo que hace que la temperatura del objeto aumente.
3. La luz no se refleja ni se transmite: Dado que el objeto es opaco, no permite que la luz pase a través de él (transmisión) o rebote de su superficie (reflexión). En cambio, la energía de la luz se absorbe y se convierte en calor.
En resumen: La absorción de energía de la luz por un objeto opaco da como resultado la excitación de los electrones, seguido de la conversión de esa energía en calor. El objeto se vuelve más cálido y no se refleja o transmite luz.