Cuando los fotones del sol llegan a la atmósfera terrestre, interactúan con moléculas de la atmósfera, incluidos el nitrógeno, el oxígeno y el vapor de agua. Esta interacción puede hacer que los fotones sean absorbidos, dispersados o reflejados. Algunos de los fotones son absorbidos por las moléculas de la atmósfera, lo que hace que las moléculas vibren y liberen calor. Así es como la energía del sol calienta la atmósfera terrestre. Algunos de los fotones son dispersados por moléculas en la atmósfera, que es lo que le da al cielo su color azul. El resto de fotones continúan hasta llegar a la superficie de la Tierra.
Cuando los fotones del sol llegan a la superficie de la Tierra, pueden interactuar con objetos en la superficie, incluidas plantas, suelo y agua. Algunos de los fotones son absorbidos por los objetos en la superficie, provocando que se calienten. Así es como la energía del sol calienta la superficie de la Tierra. Algunos de los fotones son reflejados por objetos en la superficie, que es lo que nos permite ver los objetos.