1. La segunda ley de la termodinámica: Esta ley establece que en cualquier transformación de energía, siempre se pierde algo de energía en forma de calor. Esto significa que cuando un organismo consume alimentos, parte de la energía contenida en esos alimentos se pierde en forma de calor durante la digestión y la respiración.
2. Transferencia de energía ineficiente: No toda la energía que consume un organismo se utiliza para el crecimiento y la reproducción. Parte de la energía se utiliza para actividades de mantenimiento, como mantener el cuerpo caliente y en movimiento. Además, parte de la energía se pierde a través de productos de desecho, como las heces y la orina.
3. Competencia y depredación: En cualquier ecosistema existe competencia por los recursos, incluidos los alimentos. Esto significa que no todos los organismos pueden obtener los alimentos que necesitan para sobrevivir. Además, algunos organismos son presa de otros organismos, lo que reduce aún más la cantidad de energía que pasa al siguiente nivel trófico.
4. Factores ambientales: Los factores ambientales, como la temperatura, las precipitaciones y la luz solar, también pueden afectar la cantidad de energía que se transmite entre niveles tróficos. Por ejemplo, en climas fríos, los organismos pueden necesitar utilizar más energía para mantenerse calientes, lo que deja menos energía para el crecimiento y la reproducción.
Como resultado de estos factores, sólo un pequeño porcentaje de la energía disponible en un nivel trófico pasa al siguiente nivel trófico. Esto significa que la cantidad de energía disponible para los organismos en niveles tróficos superiores es limitada, lo que puede tener un impacto significativo en la estructura y función de los ecosistemas.