1. Gas Natural: El gas natural es un combustible fósil comúnmente utilizado para calentar hogares en muchas partes del mundo. Por lo general, se suministra a través de tuberías subterráneas y se quema en hornos o calderas para producir calor. El calor del gas natural es relativamente eficiente y conveniente, pero también contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.
2. Electricidad: La electricidad se puede utilizar para calentar hogares mediante varios métodos, incluidos hornos eléctricos, bombas de calor y calefacción por suelo radiante. Los sistemas de calefacción eléctrica suelen ofrecer un control preciso de la temperatura y pueden ser energéticamente eficientes cuando funcionan con fuentes de energía renovables como la solar o la eólica. Sin embargo, la calefacción eléctrica puede resultar más cara en comparación con otras fuentes de combustible.
3. Aceite: El combustible para calefacción, también conocido como fueloil, es un combustible líquido a base de petróleo que se utiliza en hogares principalmente en áreas sin acceso a infraestructura de gas natural. El petróleo se quema en calderas u hornos para generar calor. Si bien el calor con petróleo puede ser efectivo, tiene una huella de carbono más alta en comparación con el gas natural y está sujeto a fluctuaciones en los precios del petróleo.
4. Propano: El propano, un gas licuado de petróleo (GLP), se usa comúnmente para calentar hogares en áreas rurales o remotas donde no hay líneas de gas natural disponibles. El propano se almacena en tanques y se quema en hornos o calderas para producir calor. Aunque el propano es versátil y portátil, puede resultar más caro que el gas natural.
5. Calor geotérmico: El calor geotérmico utiliza el calor natural de la Tierra procedente de fuentes subterráneas para proporcionar calefacción y refrigeración a los hogares. Las bombas de calor geotérmicas extraen el calor del suelo durante el invierno y lo liberan al interior de la vivienda, mientras que en verano se invierte el proceso para extraer el calor de la vivienda y enfriarlo. La calefacción geotérmica es eficiente y respetuosa con el medio ambiente, pero requiere una importante inversión inicial y puede no ser viable en todos los lugares.
6. Madera y Biomasa: En algunas zonas se utilizan estufas o calderas de leña para calentar las viviendas. La madera es un recurso renovable, pero quemarla puede liberar partículas y contaminantes al aire si no se maneja adecuadamente. La biomasa, como los pellets elaborados a partir de restos de madera o residuos agrícolas, también se puede utilizar en estufas de pellets o calderas para calefacción.
La elección de la energía térmica para una vivienda depende de factores como la disponibilidad, el coste, la eficiencia, el impacto medioambiental y las preferencias personales. Algunas regiones pueden tener sistemas de calefacción urbana o redes de calefacción comunitaria que proporcionan calor centralizado a varios edificios, lo que reduce las necesidades de calefacción individuales.