La fuerza o intensidad del campo magnético de un imán juega un papel en su interacción con las corrientes eléctricas y en la generación de fuerza electromotriz (EMF). Los imanes más fuertes pueden inducir campos electromagnéticos más grandes, lo que puede afectar el flujo de corriente eléctrica en los conductores colocados dentro del campo magnético.
En aplicaciones prácticas, el tamaño de un imán puede influir indirectamente en la electricidad si afecta la disposición física o el diseño de dispositivos o sistemas eléctricos. Por ejemplo, es posible que se requieran imanes más grandes en ciertas aplicaciones donde se necesita un campo magnético más fuerte, como en motores industriales, generadores o máquinas de imágenes por resonancia magnética (MRI).