Matemáticamente, esta relación se expresa mediante la siguiente ecuación:
mi =hc/λ
Dónde:
- E representa la energía del fotón en julios (J)
- h es la constante de Planck (aproximadamente 6,63 × 10^-34 Js)
- c es la velocidad de la luz en el vacío (aproximadamente 3 × 10^8 metros por segundo)
- λ representa la longitud de onda del fotón en metros (m)
A medida que aumenta la energía:
- Longitud de onda más corta:el fotón se desplaza a una longitud de onda más corta, ocupando una región de mayor energía del espectro electromagnético. Por ejemplo, aumentar la energía de la luz visible puede producir luz ultravioleta.
- Frecuencia más alta:La frecuencia del fotón, que es inversamente proporcional a la longitud de onda, aumenta a medida que aumenta la energía. Los fotones de alta energía tienen frecuencias más altas.
- Mayor intensidad:si se emiten múltiples fotones de mayor energía, puede resultar en un aumento de la intensidad o el brillo de la luz.
Por el contrario, la disminución de energía conduce a longitudes de onda más largas y frecuencias más bajas. Comprender esta relación energía-longitud de onda es esencial en diversos campos de la ciencia y la tecnología, como la óptica, la espectroscopia, la astronomía y la física de partículas.