Los termómetros de mercurio, por otro lado, utilizan mercurio, que tiene un punto de ebullición mucho más alto de 356,7 °C (674 °F). Esto hace que los termómetros de mercurio sean adecuados para medir temperaturas más altas sin riesgo de que el líquido se evapore. El mercurio también tiene una tasa de expansión lineal y constante con la temperatura, lo que lo hace más preciso para las lecturas de temperatura en comparación con el alcohol. Sin embargo, debido a las preocupaciones sobre la toxicidad del mercurio y el impacto ambiental, los termómetros de mercurio se están eliminando gradualmente en muchos países, lo que lleva al desarrollo de tecnologías de termómetros alternativas.