1. Absorción de la Luz :Los colores oscuros, como el negro, el azul marino y el verde oscuro, tienen la propiedad de absorber un mayor porcentaje de la energía luminosa que incide sobre ellos. Cuando la luz incide sobre un objeto, parte de la energía luminosa se refleja y el resto se absorbe o se transmite a través del objeto. Los colores oscuros absorben la mayor parte de la energía luminosa, mientras que el color blanco refleja una parte importante de ella.
2. Conversión de energía luminosa en calor :La energía luminosa absorbida se convierte en energía térmica. Esto se debe a que la energía absorbida hace que las moléculas del objeto vibren más rápido, lo que genera calor. Los colores oscuros absorben más energía luminosa y, por lo tanto, convierten más energía luminosa en calor, haciéndolos sentir más cálidos al tacto.
3. Falta de reflexión :El color blanco, por el contrario, refleja un mayor porcentaje de energía luminosa. Cuando la luz incide sobre un objeto blanco, la mayor parte de la energía luminosa se refleja hacia el entorno. Este reflejo impide que el objeto absorba una cantidad importante de energía luminosa y, en consecuencia, genera menos calor.
En resumen, los colores oscuros absorben más energía luminosa y la convierten en calor, lo que genera una temperatura más alta. El color blanco refleja más energía luminosa, evitando una absorción significativa y la generación de calor, lo que resulta en una sensación más fresca. Es por eso que los colores oscuros se usan a menudo para absorber el calor, como en los sistemas de energía solar, mientras que los colores blancos se prefieren para reflejar el calor y mantenerse más fresco, como en la ropa de verano.