Durante la cadena de transporte de electrones, los electrones de alta energía pasan a lo largo de una serie de complejos proteicos, liberando energía que se utiliza para bombear protones a través de la membrana mitocondrial interna. Esto crea un gradiente de protones, que impulsa la síntesis de trifosfato de adenosina (ATP), la moneda energética universal de las células.
La cadena de transporte de electrones es muy eficiente para generar ATP y puede producir hasta 34 moléculas de ATP por cada molécula de glucosa que se descompone durante la respiración celular. Los músculos de la ardilla pueden utilizar este ATP rico en energía para impulsar su escape, proporcionando la energía necesaria para movimientos rápidos y ráfagas rápidas de velocidad.