1. Calentamiento de las temperaturas del océano: El monzón norteamericano está influenciado por la diferencia de temperatura entre las cálidas aguas del Océano Pacífico y las masas terrestres más frías de América del Norte. A medida que el calentamiento global eleva la temperatura de los océanos, el gradiente de temperatura entre el océano y la tierra se debilita. Esta reducida diferencia de temperatura conduce a una disminución de los vientos portadores de humedad que traen las lluvias monzónicas a la región.
2. Cambios en la circulación atmosférica: El calentamiento global también está provocando cambios en los patrones de circulación atmosférica. El aumento de las temperaturas altera la posición y la fuerza de las corrientes en chorro, que son corrientes de aire que se mueven rápidamente en la atmósfera superior. Estos cambios pueden alterar el flujo normal de humedad del Océano Pacífico, lo que resultaría en una reducción de las precipitaciones monzónicas.
3. Aumento de la estabilidad atmosférica: El calentamiento global está provocando un aumento de la estabilidad atmosférica, que se refiere a la resistencia del aire al movimiento vertical. Esta estabilidad reduce la cantidad de movimiento ascendente en la atmósfera, lo que dificulta la formación de nubes de lluvia y la producción de precipitaciones.
4. Cambios en el manto de nieve: Las temperaturas más altas están provocando un derretimiento más temprano y más rápido de la capa de nieve en las Montañas Rocosas, que sirven como fuente de humedad para el monzón de América del Norte. La pérdida de nieve significa que hay menos agua disponible para la evaporación y la posterior lluvia durante la temporada de monzones.
5. Sequías y aridificación: La combinación de disminución de las precipitaciones, cambios en la circulación atmosférica y aumento de las temperaturas está provocando sequías más frecuentes e intensas en la región monzónica de América del Norte. Estas sequías provocan la aridificación de los paisajes, con una reducción de la humedad del suelo y de la cubierta vegetal.
El agotamiento del monzón norteamericano tiene implicaciones importantes para los recursos hídricos, la agricultura, los ecosistemas y las sociedades humanas en las regiones afectadas. Puede provocar escasez de agua, malas cosechas, pérdida de biodiversidad y aumento de los incendios forestales, entre otros desafíos.