Una cáscara de huevo es sorprendentemente fuerte considerando su delicada apariencia. La cáscara de un huevo promedio puede soportar un peso de hasta 4,5 kg (10 libras) sin romperse. Esta fuerza se debe a su estructura única, que se compone de varias capas de cristales de carbonato de calcio dispuestos en un patrón entrecruzado. Esta disposición crea una estructura fuerte y rígida que es capaz de resistir la presión. Además, la cáscara del huevo también es lo suficientemente flexible como para soportar ser exprimida sin agrietarse. La resistencia de la cáscara del huevo no sólo es importante para protegerlo de daños, sino que también ayuda a mantener la humedad y la temperatura adecuadas dentro del huevo, lo cual es esencial para el desarrollo del embrión.