Para satisfacer esta demanda, Estados Unidos necesita poder lanzar cohetes con mayor frecuencia y a un costo menor. Una forma de hacerlo es desarrollar nuevos vehículos de lanzamiento que sean reutilizables. El cohete Falcon 9 de SpaceX es el primer cohete de clase orbital reutilizable y ya se ha utilizado para lanzar múltiples cargas útiles a la órbita. Blue Origin también está desarrollando un cohete reutilizable llamado New Glenn, que se espera que pueda poner en órbita hasta 7 toneladas de carga útil.
Otra forma de reducir el coste de los lanzamientos de cohetes es utilizar nuevos métodos de lanzamiento. Un nuevo método de lanzamiento prometedor se llama "lanzamiento aéreo". El lanzamiento aéreo implica lanzar un cohete desde un avión, lo que ahorra el costo de construir y operar una plataforma de lanzamiento. Virgin Orbit es una empresa que está desarrollando un sistema de lanzamiento aéreo llamado LauncherOne, que se espera que pueda poner en órbita pequeños satélites por una fracción del costo de los lanzamientos de cohetes tradicionales.
Estados Unidos también está buscando construir nuevas plataformas de lanzamiento para aumentar su capacidad de lanzamiento. Actualmente, el gobierno está trabajando en una nueva plataforma de lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy en Florida, y SpaceX planea construir una nueva plataforma de lanzamiento en Boca Chica, Texas. Estas nuevas plataformas de lanzamiento permitirán a Estados Unidos lanzar más cohetes simultáneamente, lo que ayudará a satisfacer la creciente demanda de lanzamientos de satélites.
Al desarrollar nuevos vehículos de lanzamiento, utilizar nuevos métodos de lanzamiento y construir nuevas plataformas de lanzamiento, Estados Unidos está tomando medidas para aumentar su capacidad de lanzamiento y satisfacer la creciente demanda de lanzamientos de satélites.