La métrica GWP trata el metano como si su efecto de calentamiento se extendiera uniformemente a lo largo de un siglo. Pero en realidad, el impacto del metano es mucho más intenso durante las primeras décadas después de su emisión. Esto significa que el enfoque actual puede subestimar la contribución del metano al cambio climático a corto plazo, particularmente durante las próximas décadas críticas, cuando necesitamos reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar los peores impactos del cambio climático.
Para abordar este problema, los científicos han propuesto métricas alternativas que reflejan mejor la naturaleza de corta vida del metano. Una de esas métricas es el potencial de temperatura global (GTP), que mide el forzamiento radiativo instantáneo de un gas en relación con el CO2, teniendo en cuenta su vida atmosférica y cómo su forzamiento radiativo cambia con el tiempo.
Otra métrica es el horizonte temporal integrado (ITH), que considera el impacto climático acumulativo de un gas durante un período específico, normalmente 20 o 30 años. El ITH proporciona una representación más precisa de los efectos del calentamiento a corto plazo del metano en comparación con el GWP.
Cambiar a métricas como GTP e ITH puede ayudar a los formuladores de políticas y a las partes interesadas a comprender y abordar mejor el impacto climático del metano. Al reconocer la urgente necesidad de reducir las emisiones de metano, particularmente en el corto plazo, podremos mitigar de manera más efectiva el cambio climático y proteger nuestro planeta.