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    Cómo llega el mercurio venenoso de las centrales eléctricas de carbón al pescado que comemos
    Las centrales eléctricas alimentadas con carbón son una fuente importante de contaminación por mercurio, que puede tener efectos devastadores en la salud humana, particularmente en forma de daño neurológico. El mercurio se libera a la atmósfera cuando se quema carbón y luego puede viajar largas distancias antes de depositarse en la tierra o en cuerpos de agua, donde puede ser absorbido por plantas y animales. Los peces pueden contaminarse con mercurio cuando ingieren estas plantas o animales, y cuando los humanos comen pescado, el mercurio puede ingresar a sus propios cuerpos.

    El proceso por el cual el mercurio pasa de una planta de energía al pescado que comemos se puede resumir de la siguiente manera:

    1. Emisiones de centrales eléctricas de carbón: Las centrales eléctricas alimentadas con carbón liberan mercurio a la atmósfera, principalmente como resultado de la quema de carbón que contiene mercurio. El mercurio está presente en el carbón debido a procesos geológicos que han provocado la acumulación de este metal en determinados depósitos de carbón. Cuando se quema carbón, se emite vapor de mercurio a través de las chimeneas de las centrales eléctricas.

    2. Transporte atmosférico: Una vez emitido, el mercurio puede viajar largas distancias en la atmósfera, a veces atravesando continentes y océanos. Este transporte está influenciado por varios factores, como los patrones de viento y las condiciones climáticas. Los compuestos de mercurio pueden existir en diferentes formas en la atmósfera, incluido el mercurio elemental (Hg0), el mercurio oxidado (Hg2+) y el mercurio unido a partículas.

    3. Deposición: El mercurio puede eventualmente depositarse en superficies terrestres o acuáticas mediante diversos procesos, incluida la deposición húmeda (mediante precipitación) y la deposición seca (mediante sedimentación gravitacional o absorción por partículas). El mercurio depositado puede acumularse en el suelo, la vegetación y los cuerpos de agua, donde queda disponible para ser absorbido por los organismos.

    4. Ciclismo Acuático: En los cuerpos de agua, el mercurio sufre transformaciones biogeoquímicas complejas influenciadas por factores como la química del agua, la temperatura y la actividad microbiana. Las bacterias pueden convertir el mercurio inorgánico en metilmercurio (CH3Hg+), una forma de mercurio altamente tóxica y bioacumulativa. El metilmercurio es absorbido y acumulado fácilmente por los organismos acuáticos, incluidos el fitoplancton y el zooplancton, que forman la base de la cadena alimentaria.

    5. Biomagnificación: A medida que los organismos consumen presas que contienen metilmercurio, las concentraciones de mercurio aumentan en cada nivel trófico mediante un proceso llamado biomagnificación. Los peces más pequeños, como las sardinas y las anchoas, se alimentan de los consumidores primarios (por ejemplo, el zooplancton), mientras que los peces más grandes, como el atún y el pez espada, se alimentan de peces más pequeños. La concentración de mercurio en estos peces más grandes puede ser miles de veces mayor que la del agua, lo que los convierte en una fuente importante de exposición humana al mercurio.

    6. Consumo Humano: Cuando los humanos consumen pescado con niveles elevados de mercurio, pueden acumular mercurio en sus propios cuerpos. La principal vía de exposición para los seres humanos es el consumo de pescado y marisco contaminados, aunque el mercurio también puede inhalarse o absorberse a través de la piel.

    La exposición al mercurio puede tener efectos adversos en la salud humana, incluido daño neurológico, particularmente en fetos y niños pequeños, ya que el mercurio puede atravesar la placenta y entrar al feto en desarrollo, afectando el desarrollo del cerebro. La exposición al mercurio también puede afectar los riñones, el hígado, el sistema respiratorio, el sistema inmunológico y el sistema cardiovascular, entre otros problemas de salud.

    Para reducir la cantidad de mercurio en el pescado, es esencial abordar el problema desde su origen mediante la implementación de regulaciones y tecnologías más estrictas para controlar las emisiones de mercurio de las centrales eléctricas alimentadas con carbón y otras fuentes de contaminación por mercurio. Los gobiernos, las agencias ambientales y las industrias deben colaborar para reducir las emisiones de mercurio y proteger la salud humana y los ecosistemas de los impactos nocivos de este metal tóxico.

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