1. Rasgos de personalidad:
Los rasgos de personalidad, como la escrupulosidad, el ahorro y el altruismo, influyen en la forma en que los estudiantes valoran y utilizan los alimentos. La gran escrupulosidad y el ahorro se asocian con un menor desperdicio de alimentos, mientras que el altruismo promueve un comportamiento respetuoso con el medio ambiente.
2. Preferencia alimentaria y percepción del gusto:
Las preferencias alimentarias individuales y la percepción del gusto influyen en el comportamiento de desperdicio de alimentos. Los estudiantes a quienes les gusta una variedad más amplia de alimentos y son menos exigentes tienen más probabilidades de terminar lo que toman.
3. Tamaños de las porciones:
Una estimación inadecuada de las necesidades alimentarias puede dar lugar a sobrantes y desperdicios. Los comedores universitarios suelen ofrecer porciones fijas que pueden no satisfacer las necesidades reales de los estudiantes.
4. Etiqueta en la cena y normas sociales:
Las normas culturales y sociales en torno a la comida influyen en el comportamiento de los estudiantes. En una cultura colectivista como China, la mentalidad de "tomar más para mostrar hospitalidad" o la presión de los compañeros para terminar toda la comida pueden contribuir al desperdicio.
5. Falta de conciencia y conocimiento:
Es posible que algunos estudiantes no sean conscientes de la gravedad y las consecuencias del desperdicio de alimentos. La falta de educación sobre prácticas alimentarias sostenibles puede obstaculizar el comportamiento responsable.
6. Comodidad y accesibilidad de los alimentos:
La conveniencia de las opciones gastronómicas en el campus podría alentar pedidos de alimentos más grandes sin tener en cuenta el consumo real. Las opciones fáciles de llevar también pueden generar desperdicio.
7. Prácticas de servicio de alimentos:
Las prácticas ineficientes en el servicio de alimentos, como la falta de almacenamiento y preparación adecuados, pueden contribuir al deterioro y desperdicio de los alimentos. La distribución de la cafetería, la accesibilidad a los utensilios y las instalaciones para la eliminación de desechos también influyen en el comportamiento.
8. Género y edad:
Los estudios sugieren que las estudiantes tienden a desperdiciar menos alimentos en comparación con los hombres.
Los estudiantes mayores pueden ser más conscientes de reducir el desperdicio de alimentos en comparación con los estudiantes más jóvenes.
9. Precio de la comida:
El costo de los alimentos podría afectar el comportamiento de desperdicio de alimentos. Cuando los estudiantes pagan menos, es posible que lo valoren menos y acaben desperdiciándolo.
10. Programa educativo:
Ciertas disciplinas académicas, como los estudios medioambientales, pueden crear una mayor conciencia sobre la sostenibilidad, lo que lleva a una menor tendencia a desperdiciar alimentos.
Comprender estos factores puede ayudar a diseñar intervenciones específicas para abordar el desperdicio de alimentos en los campus universitarios. Los enfoques deben considerar campañas educativas, cambios en las prácticas de servicio de alimentos, promoción de normas sostenibles y sensibilización sobre las consecuencias del desperdicio de alimentos. Involucrar a los estudiantes en el proceso y comprometerse con el liderazgo universitario también es crucial para una implementación efectiva.