1. Evitación:Algunas plantas pueden escapar del estrés por calor evitando la exposición a altas temperaturas. Por ejemplo, pueden tener hojas pequeñas y gruesas, lo que ayuda a reducir la superficie expuesta al sol. También pueden tener una capa cerosa en sus hojas, que ayuda a reflejar el calor.
2. Tolerancia:Algunas plantas pueden tolerar el estrés por calor realizando cambios en su estructura celular y metabolismo. Por ejemplo, pueden aumentar la producción de proteínas de choque térmico, que ayudan a proteger las proteínas celulares del daño. También pueden acumular solutos compatibles, como prolina y betaína, que ayudan a mantener el equilibrio hídrico celular y proteger las estructuras celulares del daño.
3. Aclimatación:Algunas plantas pueden aclimatarse al estrés por calor realizando cambios en su expresión genética y síntesis de proteínas. Por ejemplo, pueden aumentar la producción de enzimas antioxidantes, como la superóxido dismutasa y la catalasa, que ayudan a eliminar las especies reactivas de oxígeno (ROS) dañinas que se producen en condiciones de estrés por calor. También pueden aumentar la producción de proteínas de choque térmico, que ayudan a proteger las proteínas celulares del daño.
4. Reparación:Algunas plantas son capaces de reparar los daños causados por el estrés por calor. Por ejemplo, pueden tener un mecanismo de reparación inducible por calor que ayuda a reparar proteínas y membranas dañadas. También pueden tener un mecanismo de desintoxicación inducible por calor que ayuda a eliminar sustancias nocivas que se producen en condiciones de estrés por calor.
La capacidad de una planta para responder al estrés por calor depende de varios factores, incluida la especie de planta, la etapa de desarrollo y la gravedad y duración del estrés por calor.