1. Elija productos locales y de temporada:
- Opte por frutas y verduras de proximidad y de temporada. Esto apoya a los agricultores locales, reduce las emisiones relacionadas con el transporte y garantiza que obtenga los productos más frescos.
2. Busque envases ecológicos:
- Elija productos con envases mínimos o reciclables. Evite artículos demasiado empaquetados y lleve bolsas reutilizables a la tienda.
3. Compra al por mayor:
- Cuando sea posible, compre artículos no perecederos al por mayor para reducir el desperdicio de envases. Esto también puede ahorrarle dinero a largo plazo.
4. Considere lo orgánico:
- Elija opciones orgánicas siempre que sea posible para apoyar prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente y reducir la exposición a pesticidas.
5. Evite los plásticos de un solo uso:
- Opte por productos que se venden sin envoltorios de plástico, como frutas y verduras sueltas, contenedores a granel o productos en envases de vidrio o metal.
6. Elija opciones basadas en plantas:
- Incorporar más alimentos de origen vegetal a tu dieta. La producción de alimentos de origen vegetal generalmente tiene una huella de carbono menor que la producción de carne.
7. Minimizar el desperdicio de alimentos:
- Planifique sus comidas con anticipación para evitar comprar de más y potencialmente desperdiciar alimentos. El compostaje de restos de comida puede convertirlos en una valiosa enmienda para el suelo.
8. Apoye los productos de Comercio Justo:
- Busque productos certificados de Comercio Justo para respaldar salarios justos y mejores condiciones laborales para agricultores y trabajadores.
9. Compre productos con estándares éticos:
- Considere las prácticas éticas de las empresas a las que les compra. Los estándares éticos pueden incluir abastecimiento responsable, prácticas laborales y compromisos ambientales.
10. Limite los alimentos procesados y envasados:
- Reducir el consumo de alimentos altamente procesados y envasados, que a menudo contribuyen a un mayor desperdicio y pueden ser menos saludables.
11. Elija productos que consuman menos energía:
- Optar por productos que requieran menos energía para su producción, como cereales y legumbres en lugar de carne.
12. Limite los alimentos preparados:
- Reducir el uso de alimentos precocinados, que normalmente tienen más envases y suelen ser menos saludables.
13. Consulta las fechas de caducidad:
- Preste atención a las fechas de vencimiento para evitar comprar y potencialmente desperdiciar productos que se estropearán rápidamente.
14. Reciclar y hacer abono:
- Reciclar todos los materiales reciclables, incluidos plástico, papel y vidrio. El compostaje de restos de comida y desechos de jardín reduce las emisiones de metano y proporciona fertilizante natural.
15. Apoye las marcas sostenibles:
- Investigar y apoyar marcas que prioricen activamente prácticas sostenibles en sus operaciones, cadenas de suministro y productos.
Hacer estos pequeños ajustes en sus hábitos de compra semanales de comestibles puede generar importantes beneficios ambientales, económicos y de salud. Recuerde, ¡cada pequeño cambio cuenta!