Sin embargo, persiste la preocupación de que incluso con los mejores esfuerzos para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y la transición a prácticas sostenibles, alcanzar el objetivo de 2°C puede no ser suficiente. He aquí por qué:
1. Inercia en el sistema climático:El sistema climático de la Tierra tiene una inercia térmica significativa, lo que significa que responde lentamente a los cambios en el forzamiento externo, como el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. Incluso si las emisiones se redujeran drásticamente hoy, el clima continuaría calentándose durante varias décadas debido al calor acumulado que ya está en el sistema.
2. Mecanismos de retroalimentación:A medida que el planeta se calienta, ciertos mecanismos de retroalimentación pueden amplificar el calentamiento global. Por ejemplo, a medida que el hielo se derrite, deja al descubierto superficies más oscuras que absorben más calor solar, lo que provoca un mayor calentamiento (lo que se conoce como retroalimentación del albedo del hielo). Además, el deshielo del permafrost libera metano, un potente gas de efecto invernadero que contribuye a un mayor calentamiento.
3. Incertidumbre en los modelos climáticos:Si bien los modelos climáticos son herramientas esenciales para comprender y predecir el comportamiento del clima, no son perfectos. Algunos modelos indican un calentamiento más rápido que otros, lo que genera preocupación de que las proyecciones puedan subestimar el verdadero ritmo del calentamiento global.
4. Mitigación lenta:A pesar del creciente reconocimiento de la urgencia de la acción climática, la transición hacia prácticas sostenibles y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero han sido lentas. Los retrasos en la implementación de políticas y acciones significativas hacen que sea más difícil mantenerse dentro del límite de 2°C.
5. Escenarios de altas emisiones:Algunos escenarios proyectan aumentos significativos en las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que conduciría a un aumento potencial de la temperatura de 3°C o incluso 4°C por encima de los niveles preindustriales. Tales escenarios tendrían como resultado impactos aún más severos y catastróficos en comparación con un escenario de calentamiento de 2°C.
Como resultado de estos factores, muchos científicos enfatizan la importancia de perseguir objetivos aún más ambiciosos, como limitar el calentamiento global a 1,5°C o muy por debajo de 2°C. Al establecer objetivos más estrictos y tomar medidas audaces, podemos aumentar las posibilidades de evitar los peores impactos del cambio climático.
Es crucial que los gobiernos, las empresas y los individuos reconozcan la posible insuficiencia del objetivo de 2°C y se esfuercen por mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero de la forma más rápida y eficaz posible para salvaguardar el futuro de nuestro planeta.