- La condición humana, como la muerte, la enfermedad y otras cuestiones psicológicas y sociales. La tecnología puede ayudarnos a gestionar y afrontar estos problemas, pero no puede resolverlos por completo.
- Las implicaciones morales de las nuevas tecnologías, como el potencial de la inteligencia artificial para sustituir a los trabajadores humanos o las implicaciones éticas de la ingeniería genética. La tecnología puede proporcionar herramientas para abordar estos problemas, pero no puede tomar decisiones sobre qué valores deben defenderse o cómo resolver dilemas éticos.
- Los problemas causados por nuestro entorno natural, como el cambio climático y los desastres naturales. La tecnología puede ayudarnos a mitigar los efectos de estos problemas y adaptarnos a ellos, pero no puede resolverlos por completo.
- Los problemas sociales y económicos causados por la tecnología, como la desigualdad, la preocupación por la privacidad y la adicción digital. La tecnología puede ayudar a abordar algunos de estos problemas, pero también puede crear otros nuevos y empeorar los existentes.