El sistema fue desarrollado en respuesta a las preocupaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA) sobre las características de manejo del 737 MAX. La FAA descubrió que el avión era propenso a inclinarse inesperadamente, lo que podría provocar una pérdida de control.
MCAS está diseñado para activarse cuando los sensores del avión detectan que está volando en un ángulo de ataque alto. Cuando se activa el MCAS, moverá automáticamente el estabilizador horizontal para bajar el morro del avión. Esto reducirá el ángulo de ataque y ayudará a evitar que el avión entre en pérdida.
El sistema está diseñado para ser a prueba de fallas, lo que significa que no se activará a menos que reciba datos de múltiples sensores. Si falla un sensor, el MCAS no podrá activarse.
La FAA aprobó el uso del MCAS en el 737 MAX, pero el sistema ha estado implicado en dos accidentes fatales. En 2018, un 737 MAX de Lion Air se estrelló en Indonesia, matando a las 189 personas a bordo. En 2019, un 737 MAX de etíope Airlines se estrelló en Etiopía, matando a las 157 personas a bordo.
Tras los dos accidentes, la FAA suspendió todos los aviones 737 MAX en Estados Unidos. Desde entonces, la FAA levantó la orden de inmovilización, pero la agencia exigió a Boeing que realizara varios cambios en el sistema MCAS.
El futuro del 737 MAX aún es incierto. Algunas aerolíneas ya han cancelado sus pedidos del avión y otras están considerando hacerlo. Boeing ha dicho que confía en que el 737 MAX es seguro y que seguirá vendiendo el avión.