Fácil acceso a las armas: Los niños que tienen fácil acceso a las armas tienen más probabilidades de usarlas, ya sea intencionalmente o accidentalmente. Por eso es tan importante mantener las armas bajo llave y fuera del alcance de los niños.
Violencia en pantalla de exposición: Los niños que están expuestos a contenidos violentos en la televisión, las películas o los videojuegos tienen más probabilidades de volverse agresivos y violentos. Esto se debe a que la violencia en los medios puede insensibilizar a los niños a la violencia y hacer que sea más probable que la vean como una forma normal de resolver problemas.
Violencia familiar: Los niños que crecen en hogares donde hay violencia tienen más probabilidades de volverse violentos ellos mismos. Esto se debe a que aprenden que la violencia es una forma aceptable de abordar los conflictos.
Problemas de salud mental: Los niños con problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, tienen más probabilidades de participar en actos de violencia. Esto se debe a que pueden sentirse desesperados o enojados y pueden utilizar la violencia como forma de expresar sus sentimientos.
Presión de grupo: Los niños que están rodeados de amigos o compañeros involucrados en la violencia tienen más probabilidades de volverse violentos ellos mismos. Esto se debe a que pueden sentir presión para adaptarse al comportamiento de sus compañeros.
Es importante señalar que no todos los niños expuestos a estos factores de riesgo se convertirán en tiradores. Sin embargo, estos factores pueden aumentar el riesgo de violencia. Si le preocupa el riesgo de violencia que corre un niño, es importante buscar ayuda profesional.