1. Mayor seguridad. Los gobiernos han implementado medidas de seguridad más estrictas para proteger la información confidencial de la filtración. Esto incluye cifrar datos, exigir contraseñas seguras y limitar el acceso a información confidencial solo a quienes necesitan conocerla.
2 . Ciberataques. Algunos gobiernos han recurrido a ciberataques para intentar desactivar WikiLeaks o eliminar información sensible de sus servidores. Sin embargo, estos ataques a menudo no han tenido éxito y pueden resultar contraproducentes al atraer más atención al sitio web.
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3. Acción Legal. Los gobiernos también han recurrido a acciones legales para intentar impedir que WikiLeaks publique información confidencial. Esto incluye obtener órdenes judiciales y presentar cargos penales contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
4. Presión diplomática. Los gobiernos han presionado a otros países para que cierren WikiLeaks o extraditen a Assange. Sin embargo, estos esfuerzos a menudo no han tenido éxito y pueden dañar las relaciones entre países.
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5. Censura de los medios. Algunos gobiernos han intentado censurar los medios de comunicación que publican información filtrada por WikiLeaks. Sin embargo, este enfoque a menudo ha fracasado y también puede violar la libertad de prensa.
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6. Relaciones Públicas. Los gobiernos también han tratado de contrarrestar el impacto de WikiLeaks lanzando campañas de relaciones públicas para desacreditar el sitio web y su fundador. Sin embargo, estas campañas a menudo no han tenido éxito e incluso pueden resultar contraproducentes al generar más interés en WikiLeaks.
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Ninguna de estas medidas ha sido completamente efectiva para detener a WikiLeaks, y el sitio web continúa funcionando a pesar de la intensa presión de los gobiernos de todo el mundo. Sin embargo, estas medidas han dificultado que WikiLeaks obtenga y publique información confidencial y han ayudado a disuadir a otros posibles filtradores de presentarse.**