La pantalla e-skin emplea materiales electrónicos orgánicos y es más delgada y flexible que las pantallas electrónicas rígidas utilizadas en teléfonos inteligentes y tabletas, dijo Someya.
Si bien las pantallas tipo piel no son un concepto nuevo, muchos prototipos electrónicos de piel existentes tienden a ser voluminosos, rígidos e incómodos de usar durante largos períodos de tiempo. El desafío de crear una pantalla tan delgada y flexible como una segunda capa de piel radica en el uso de semiconductores inorgánicos rígidos.
Para evitarlo, los investigadores optaron por utilizar polímeros orgánicos compuestos de carbono e hidrógeno. Los semiconductores orgánicos se han utilizado en pantallas de libros electrónicos y televisores, pero no se encuentran comúnmente en la piel de los dispositivos electrónicos. Pero los polímeros son más flexibles y pueden cubrir superficies curvas, lo que los hace más resistentes al desgaste.
"Hay muchos desafíos que resolver antes de que este tipo de pantalla esté disponible comercialmente", afirmó Someya. "Tendrá que mejorarse la durabilidad y la vida útil de la pantalla. También necesitamos reducir la energía requerida por la pantalla y encontrar formas de integrarla en la ropa u otras superficies portátiles de una manera estéticamente agradable".
Para lograr estos objetivos, los investigadores están considerando una variedad de enfoques, incluida la exploración de diferentes tipos de polímeros y métodos de encapsulación para mejorar la durabilidad y flexibilidad de la pantalla, así como optimizar la eficiencia energética de la pantalla.
A pesar de estos desafíos, el progreso logrado con la tecnología de pantalla e-skin es prometedor para futuras innovaciones en dispositivos portátiles y podría contribuir al desarrollo de experiencias digitales personalizadas que se integren más perfectamente en la vida cotidiana.