Álvaro Caballero (izq.) Y Fernando Luna, trabajando en el laboratorio. Crédito:Universidad de Córdoba
Las baterías de iones de litio se utilizan en todo el mundo, y aunque en los últimos años han tenido competencia, como sodio y magnesio, siguen siendo indispensables por su alta densidad y capacidad. El problema es este:este metal tiene importantes problemas de disponibilidad y concentración. Casi el 85% de sus reservas se encuentran ubicadas en lo que se conoce como el Triángulo de Litio, un área geográfica que se encuentra en las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile. Además, Parece que la demanda se disparará en las próximas décadas debido a la implementación de vehículos eléctricos. Cada coche equivale aproximadamente a 7, 000 baterías de teléfonos móviles, por lo que reutilizar sus diferentes componentes se ha convertido en un tema de suma importancia.
Específicamente, un proyecto de investigación en la Universidad de Córdoba (España) y la Universidad de San Luis (Argentina), en el que Lucía Barbosa, Fernando Luna, Participaron Yarivith González Peña y Álvaro Caballero, pudo fabricar nuevas baterías de litio a partir de teléfonos celulares usados, dispositivos con una tasa de reciclaje baja, cuales, si no se maneja correctamente, terminan sumando a la larga lista de desechos electrónicos que se producen cada año en todo el mundo.
En particular, el proyecto encontró una manera de reciclar el grafito en estos dispositivos, un material ubicado en los terminales negativos de las baterías cuya función es almacenar y conducir litio. Como destacó uno de los responsables del estudio, Profesor Álvaro Caballero, los investigadores pudieron eliminar las impurezas del grafito usado, reorganizar su estructura y reactivarla para un nuevo uso. Curiosamente, este material constituye una cuarta parte del peso total de una batería de litio, entonces cuando se recicla, "estamos recuperando el 25% de todo el sistema de almacenamiento de energía, hecho que cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que este material procede del crudo, "explica Caballero.
Otro aspecto importante de esta investigación es que en el terminal positivo de esta nueva batería reciclada, pudieron renunciar al cobalto, que es ampliamente utilizado en la industria de dispositivos móviles. Como señaló uno de los autores principales del estudio, investigador Fernando Luna, "el cobalto es un elemento tóxico que es más caro que otros como el manganeso y el níquel, que se utilizaron en esta investigación ". Además, es uno de los llamados minerales de la sangre, cuya minería, como la minería de coltán, está asociado con minas en zonas de conflicto.
Resultados prometedores
Según las conclusiones mostradas por el estudio, "Los resultados son comparables y, en algunos casos, mejores que los obtenidos con grafito comercial". Algunas de las pruebas realizadas muestran que, en el mejor de los casos, la capacidad de la batería se mantiene estable después de pasar cien ciclos de carga, lo que equivale a aproximadamente un año de desempeño.
A pesar de estos resultados prometedores y de que las pruebas se realizaron en celdas completas de una batería real, la investigación se realizó a pequeña escala y en el laboratorio, de ahí que quede un largo camino por recorrer hasta que se pueda estandarizar este proceso manual de reciclaje.
"En la actualidad, más del 90% de los componentes de las baterías de plomo que se utilizan en los vehículos convencionales se reutilizan, "explica el investigador Álvaro Caballero, asi que, "si apostamos por la sostenibilidad y la democratización de los coches eléctricos, Tiene que producirse el reciclaje a gran escala de baterías de litio ".