Los circuitos eléctricos domésticos se clasifican de acuerdo con la cantidad de amperios que pueden transportar a la vez; el consumo de corriente total del circuito se extiende a través de todos los dispositivos conectados a él. Una de las clasificaciones de circuito más comunes es de 15 amperios. Esto puede no parecer mucho, pero algunos dispositivos solo requieren 0.5 amperios para funcionar. Conocer la capacidad de un circuito y lo que significa puede evitar que se sobrecargue el circuito.
Energía eléctrica y corriente
Los dispositivos eléctricos tienen una potencia de salida en vatios que se deriva de multiplicar la entrada voltaje por el consumo de corriente. Por ejemplo, si conecta una lámpara de 60 vatios a una toma de corriente de 120 voltios, dividiría la potencia por el voltaje para determinar la corriente. En este caso, la luz consume 0,5 amperios para producir 60 vatios de potencia.
Power Density
Un solo circuito solo puede producir 3 vatios de potencia por pie cuadrado para la iluminación y receptáculos de potencia, de acuerdo con al Código Eléctrico Nacional. Por lo tanto, los circuitos deben diseñarse y cargarse según la cantidad de espacio que cubren. Para un edificio de 1,200 pies cuadrados, la potencia máxima total sería de 3,600 vatios. A 120 voltios en promedio, sin incluir electrodomésticos de mayor consumo de energía, el consumo de corriente sería de 30 amperios. Por lo tanto, se necesitarían dos circuitos de 15 amperios.
Carga máxima frente a carga segura
Como regla general, ningún dispositivo o serie de dispositivos debe generar una carga continua de más del 80 por ciento de la corriente disponible del circuito. Por ejemplo, un circuito de 15 amperios a 120 voltios produce un máximo de 1.800 vatios. No más de 1,440 de eso se deben usar continuamente. Esto permite sobretensiones y evita que el interruptor automático se dispare.
Consecuencias
La sobrecarga de un circuito provocará que el interruptor se dispare y prevenga un incendio, suponiendo que el interruptor funciona correctamente. La corriente eléctrica, cuando se envía a través de un conductor, produce calor a través de la resistencia eléctrica. Demasiada corriente produce más calor del que puede soportar el material conductor y, por lo tanto, puede provocar un incendio o dañar los componentes del circuito.