1. Temperatura: La temperatura afecta directamente la energía cinética de las moléculas dentro de una sustancia. Las temperaturas más altas significan que las moléculas se mueven más rápido y tienen más energía para superar fuerzas atractivas, lo que lleva a un estado más disperso (líquido o gas). Las temperaturas más bajas significan que las moléculas se mueven más lentamente y es más probable que se mantengan unidas en un estado más condensado (sólido).
2. Presión: La presión influye en las fuerzas entre las moléculas. La mayor presión obliga a las moléculas más juntas, favoreciendo un estado más condensado (líquido o sólido). La presión más baja permite que las moléculas se extienda más, favoreciendo un estado menos denso (GAS).
Es importante tener en cuenta que otros factores, como el tipo específico de sustancia y sus fuerzas intermoleculares, también juegan un papel en la determinación de su estado. Pero la temperatura y la presión son las principales fuerzas impulsoras.