Los átomos son demasiado pequeños para trabajar directamente:
* Tamaño: Los átomos son increíblemente pequeños (10^-10 metros). No podemos manipularlos o contarlos individualmente.
* Los átomos individuales son difíciles de estudiar: Observar directamente el comportamiento de los átomos individuales es extremadamente desafiante.
Los lunares son una forma conveniente de trabajar con grandes números:
* cantidades del mundo real: Las reacciones químicas implican miles de millones y billones de átomos. Trabajar con números tan masivos no sería práctico.
* Los moles proporcionan un puente: El concepto topo (6.022 x 10^23 partículas) nos permite relacionar cantidades macroscópicas (gramos, litros) con el mundo microscópico de átomos y moléculas.
Cómo los usamos en el laboratorio:
* Medidas de masa: Pesamos reactivos usando gramos o miligramos, que luego podemos convertir a moles usando masa molar.
* Concentración: Las soluciones a menudo se describen en términos de molaridad (moles por litro), lo que nos permite controlar la cantidad de reactivos en una reacción.
* Cálculos: Utilizamos relaciones molares de ecuaciones químicas equilibradas para predecir las cantidades de productos formados en una reacción.
En resumen: Si bien los átomos y los lunares son conceptos fundamentales en química, no los manejamos directamente en el laboratorio. En cambio, los usamos como herramientas para comprender y manipular las reacciones químicas a través de cantidades medibles como la masa, el volumen y la concentración.