* punto de ebullición alto y punto de fusión: El agua tiene un punto de ebullición inusualmente alto (100 ° C) y punto de fusión (0 ° C) en comparación con otras moléculas pequeñas. Esto se debe a que los enlaces de hidrógeno requieren energía significativa para romperse, lo que dificulta el cambio de estado del agua. Esto permite que la vida exista en una gama relativamente amplia de temperaturas.
* alta capacidad de calor: El agua puede absorber mucho calor sin sufrir cambios significativos en la temperatura. Esto es crucial para mantener temperaturas internas estables en los organismos, evitando cambios rápidos que podrían ser perjudiciales.
* Buen solvente: La polaridad de las moléculas de agua, resultante de la unión de hidrógeno, le permite disolver muchas moléculas polares, como sales y azúcares. Esto facilita las reacciones químicas dentro de las células y el transporte de nutrientes y productos de desecho.
* Tensión superficial: El enlace de hidrógeno crea fuertes fuerzas cohesivas entre las moléculas de agua, lo que resulta en una alta tensión superficial. Esto permite que el agua forme gotas y apoye a pequeños organismos como los insectos.
* lubricación: La capacidad del agua para unirse con hidrógeno consigo mismo y otras moléculas lo convierte en un excelente lubricante, ayudando en el movimiento de las articulaciones y los tejidos.
En general, la unión de hidrógeno en el agua es fundamental para la vida tal como la conocemos. Contribuye a la estabilidad de las células, el transporte de moléculas y la regulación de la temperatura, por lo que es esencial para la supervivencia de todos los organismos vivos.