1. Color: Este es el cambio más obvio, ya que las hojas de las hojas de verde a tonos de amarillo, naranja, rojo o marrón. Este cambio se debe a la descomposición de la clorofila (el pigmento verde) y la revelación de otros pigmentos como los carotenoides (amarillo y naranja) y las antocianinas (rojo y morado).
2. Textura: A medida que las hojas envejecen y pierden humedad, su textura puede volverse frágil y seca. Esto se debe a que las células dentro de la hoja comienzan a descomponerse, lo que hace que la hoja se vuelva menos flexible y se derrumbe más fácilmente.
3. Forma: Si bien no siempre se nota, las hojas pueden cambiar ligeramente la forma a medida que pierden agua. Pueden volverse más rizados, arrugados o incluso un poco más pequeños. Este es el resultado de la pérdida de presión de turgencia, que es la presión dentro de las células que ayuda a mantener la hoja rígida.