1. Baje la temperatura:
* Las moléculas de gas se mueven constantemente y rebotan. Cuando baja la temperatura, las moléculas se ralentizan.
* cuanto más lento se muevan las moléculas, más débiles son las fuerzas de atracción entre ellas. A cierta temperatura, las fuerzas atractivas se vuelven lo suficientemente fuertes como para unir las moléculas.
2. Aumente la presión:
* Aumento de la presión obliga a las moléculas de gas más juntas. Esto también hace que las fuerzas atractivas entre ellas fueran más fuertes.
3. Combine la temperatura más baja y el aumento de la presión:
* Al hacer ambas cosas, puede crear un entorno donde las moléculas de gas se mueven lentamente y cerca juntas para que formen enlaces y se conviertan en un líquido.
Ejemplo:
* Imagina una nube en el cielo. El vapor de agua en la nube es un gas. A medida que el aire se enfría, las moléculas de vapor de agua disminuyen y se agrupan, formando pequeñas gotas de agua. Estas gotas se vuelven lo suficientemente grandes como para caer como lluvia.
Punto clave: La temperatura y la presión específicas requeridas para condensar un gas dependen del tipo de gas. Cada gas tiene un "punto de ebullición" único que es la temperatura a la que pasa de líquido a gas. El punto de condensación es el reverso de esto.