La reacción
* Formación de amida: Los metales alcalinos (como litio, sodio, potasio, etc.) reaccionan fácilmente con amoníaco líquido para formar amidas metálicas y gas de hidrógeno. La reacción general se ve así:
2m + 2nh₃ → 2mnh₂ + h₂
donde m representa el metal alcalino.
* Ejemplo con sodio:
2NA + 2NH₃ → 2NANH₂ + H₂
Esta reacción genera amida de sodio (nanh₂) e gas de hidrógeno.
Propiedades de solución
* Color: La solución resultante es inicialmente azul, pero a medida que aumenta la concentración del metal alcalino, se vuelve bronce. Este cambio de color se debe a la formación de electrones solvatados.
* electrones solvatados: Los átomos de metal alcalino donan sus electrones de valencia a las moléculas de amoníaco, formando electrones solvatados. Estos electrones son libres de moverse dentro de la solución, dándole un brillo metálico y una excelente conductividad.
* Altamente reactivo: La presencia de electrones solvatados hace que la solución de amoníaco sea altamente reactiva, capaz de reducir muchos compuestos.
Reacciones adicionales
* descomposición: Las amidas metálicas formadas en la reacción inicial pueden descomponerse más al calentar, generando el gas de metal libre y nitrógeno:
2mnh₂ → 2m + n₂ + 3h₂
* reacción con oxígeno: La solución es altamente sensible al oxígeno y reaccionará con ella, formando óxidos metálicos y otros productos.
Precauciones de seguridad
* Altamente exotérmico: La reacción entre los metales alcalinos y el amoníaco es altamente exotérmica y puede liberar cantidades significativas de calor.
* Inflamable: Se produce gas de hidrógeno, que es inflamable.
* Reactivo: La solución es altamente reactiva y puede reaccionar violentamente con otras sustancias.
Aplicaciones
* Bases fuertes: Las amidas metálicas son bases fuertes utilizadas en diversas reacciones de síntesis orgánica.
* Agentes reductores: Los electrones solvatados en la solución lo convierten en un poderoso agente reductor, útil en química orgánica e inorgánica.
En resumen:
La reacción entre los metales alcalinos y el amoníaco produce una solución única que contiene electrones solvatados, que son responsables de su color, conductividad y reactividad. La reacción es altamente exotérmica y requiere un manejo cuidadoso debido a la generación de gas de hidrógeno inflamable y la reactividad de la solución.