* Disposición de partículas: Los sólidos tienen sus partículas bien empacadas en una disposición fija. Esta proximidad permite que la energía térmica se transfiera fácilmente de una partícula a otra a través de vibraciones.
* Electrones libres: Muchos sólidos, especialmente metales, tienen electrones libres que pueden moverse fácilmente. Estos electrones pueden transportar rápidamente energía térmica en todo el material.
* Movimiento limitado: En líquidos, las partículas tienen más libertad para moverse, pero todavía están relativamente juntas. Los gases tienen partículas que están muy separadas y se mueven al azar, lo que hace que la transferencia de calor sea menos eficiente.
Aquí hay un ejemplo:
Imagina que estás sosteniendo una cuchara de metal en una taza de sopa caliente. El calor de la sopa se transfiere rápidamente a través de la cuchara a su mano. Esto se debe a que el metal, un sólido, conduce muy bien el calor.
Excepciones:
Hay excepciones a esta regla. Algunos materiales, como Airgel, tienen una densidad muy baja, a pesar de que son técnicamente sólidos. Esta baja densidad permite una mala conducción de calor.
Resumen:
En general, los sólidos son mejores conductores de calor que líquidos y gases debido a sus partículas bien empaquetadas, electrones libres y movimiento limitado de partículas.