1. Actividad enzimática óptima:
* Estructura enzimática: La pepsina, como todas las enzimas, tiene una estructura tridimensional específica que le permite unirse a su sustrato (proteínas) y catalizar la reacción de descomposición.
* Temperatura y estructura: A temperaturas inferiores a 37 grados C, la estructura de la enzima es menos flexible, lo que lo hace menos eficiente para unir y descomponer las proteínas. A temperaturas superiores a 37 grados C, la estructura de la enzima comienza a desnaturalizar (desplegarse), perdiendo su actividad por completo.
* Energía cinética: A medida que aumenta la temperatura, las moléculas se mueven más rápido y chocan con más frecuencia, aumentando la probabilidad de interacciones enzimáticas-sustratos y acelerando la reacción.
2. Temperatura del cuerpo humano:
* homeostasis: El cuerpo humano mantiene una temperatura central de 37 grados C a través de varios mecanismos. Esto asegura que el entorno interno sea óptimo para todos los procesos fisiológicos, incluida la actividad enzimática.
* Ambiente estomacal: El estómago, donde actúa la pepsina, también se mantiene a aproximadamente 37 grados C.
3. Especificidad al sistema digestivo:
* Ambiente ácido: Pepsin funciona mejor en el entorno ácido del estómago (pH 1.5-2.5). Este entorno ácido ayuda a la pepsina a ser activa y estable.
* Eficiencia digestiva: Esta temperatura óptima y entorno ácido permiten que la pepsina descomite eficientemente las proteínas en el estómago, iniciando el proceso de digestión.
En resumen: Pepsin funciona mejor a 37 grados C porque esta temperatura proporciona el entorno óptimo para su estructura, actividad e interacción con su sustrato, asegurando una descomposición eficiente de proteínas en el sistema digestivo humano.