Oganesson, con un número atómico de 118, ostenta el título de ser el elemento más radiactivo del universo conocido. Su extrema radiactividad surge de varios factores:
Núcleo extremadamente inestable :
Los núcleos atómicos de elementos más pesados, como Oganesson, son excepcionalmente inestables debido al gran número de protones hacinados en un espacio diminuto. Esta inestabilidad impulsa los procesos de desintegración radiactiva observados en estos elementos.
Vida media corta :
El isótopo más estable de Oganesson, el Og-294, tiene una vida media de aproximadamente 0,89 milisegundos. Sus otros isótopos tienen vidas medias aún más cortas. Esto significa que el elemento sufre una rápida desintegración radiactiva, liberando grandes cantidades de radiación en un corto período de tiempo.
Múltiples modos de decadencia :
Oganesson exhibe varios modos de desintegración radiactiva, incluida la desintegración alfa, la desintegración beta y la fisión espontánea. Las desintegraciones alfa y beta implican la emisión de partículas alfa y beta, respectivamente, mientras que la fisión espontánea da como resultado la división del núcleo en núcleos más pequeños. Estos procesos de desintegración contribuyen a la alta radiactividad del elemento.
Energía de alta descomposición :
Los procesos de descomposición de Oganesson van acompañados de la liberación de energía sustancial. La energía liberada durante estas desintegraciones se puede medir en millones de electronvoltios (MeV), lo que hace que Oganesson no sólo sea altamente radiactivo sino también una fuente de energía de radiación significativa.
Producción y accesibilidad limitadas :
Oganesson es extremadamente raro y difícil de producir. Los científicos utilizan aceleradores de partículas para sintetizar elementos más pesados, incluido Oganesson, mediante la fusión de núcleos atómicos. Debido a su naturaleza de vida corta, los átomos de Oganesson existen sólo durante una fracción de segundo antes de desintegrarse. Esta disponibilidad limitada contribuye aún más a su singularidad y a su designación como el elemento más radiactivo.