La transiluminación funciona al hacer brillar una luz a través de un objeto y luego mirar la luz que entra por el otro lado. Si el objeto es uniforme en espesor y densidad, la luz lo atravesará uniformemente y no habrá cambios perceptibles en la intensidad de la luz. Sin embargo, si hay una anomalía en el objeto, como un quiste lleno de líquido o un tumor, la anomalía absorberá o dispersará la luz y habrá una diferencia notable en la intensidad de la luz.
La transiluminación es una técnica simple y no invasiva que se puede utilizar para diagnosticar una variedad de afecciones médicas. A menudo se utiliza junto con otras técnicas de imagen, como rayos X y ultrasonido, para proporcionar una imagen más completa del cuerpo.