Las sales de cobre tienen una variedad de propiedades. Por lo general, son de color azul o verde y pueden ser muy solubles en agua. Algunas sales de cobre, como el sulfato de cobre, son corrosivas y pueden provocar irritación de la piel y los ojos. Otros, como el acetato de cobre, son relativamente no tóxicos.
Las sales de cobre se utilizan en una variedad de aplicaciones. En la industria, se utilizan en galvanoplastia, metalurgia y producción de vidrio y cerámica. En agricultura se utilizan como fungicidas, herbicidas y fertilizantes. En medicina, se utilizan como antimicrobianos, antiinflamatorios y anticonvulsivos.
El cuerpo humano absorbe sales de cobre del tracto digestivo y de la piel. El cobre es un nutriente esencial y desempeña un papel en una serie de procesos biológicos importantes, como la producción de glóbulos rojos, la formación de huesos y la función inmune. Sin embargo, la ingesta excesiva de cobre puede provocar toxicidad por cobre, lo que puede causar una variedad de problemas de salud, como náuseas, vómitos, diarrea y daño hepático.