Los cristales de una sustancia en particular pueden presentar variaciones en sus formas y tamaños debido a varios factores como:
1. Condiciones de crecimiento: Los cristales crecen en diferentes ambientes y condiciones, como temperatura, presión, presencia de impurezas, etc. Las diferencias en estas condiciones de crecimiento pueden afectar la forma y el tamaño final de los cristales.
2. Hábito de Cristal: El hábito cristalino se refiere a la forma o forma típica que tienden a adoptar los cristales de una sustancia específica. Los minerales de la misma composición pueden exhibir diferentes hábitos cristalinos debido a la disposición de sus átomos e iones constituyentes. Algunos hábitos cristalinos comunes incluyen cúbicos, hexagonales, octaédricos, prismáticos, etc.
3. Defectos del cristal: Las imperfecciones en la estructura cristalina, conocidas como defectos cristalinos, también pueden influir en la forma y el tamaño de los cristales. Defectos como dislocaciones, inclusiones y sustituciones pueden alterar el patrón de crecimiento del cristal y provocar variaciones en la morfología.
4. Impurezas y Aditivos: La presencia de impurezas o aditivos en la sustancia cristalizante puede modificar el proceso de crecimiento del cristal y provocar cambios en la forma y el tamaño del cristal.
5. Polimorfismo: El polimorfismo ocurre cuando una sustancia puede existir en más de una estructura cristalina. Diferentes formas polimórficas de la misma sustancia pueden tener distintas formas y tamaños.
Por lo tanto, incluso los cristales de sustancias similares pueden tener variaciones en sus formas y tamaños debido a estos diversos factores.