Cuando dos o más átomos se acercan entre sí, sus electrones de valencia (electrones en la capa más externa) pueden interactuar. Si los átomos están lo suficientemente cerca, los electrones de valencia pueden compartirse entre los núcleos, lo que da como resultado una fuerte fuerza de atracción que mantiene unidos a los átomos.
En un enlace covalente, cada átomo aporta uno o más electrones para compartir, creando una configuración electrónica estable para ambos átomos. Estos electrones compartidos ya no están asociados únicamente con un átomo, sino que forman una "nube" de electrones que rodea los átomos unidos.
El número de electrones compartidos entre los átomos determina la fuerza y el tipo de enlace covalente. Por ejemplo, en un enlace covalente simple, dos átomos comparten un par de electrones, mientras que en un enlace covalente doble, comparten dos pares de electrones, y así sucesivamente.
En general, compartir electrones entre átomos es un concepto crucial para comprender los enlaces químicos y la disposición de los átomos para formar moléculas y compuestos con distintas propiedades y características.