Para entender esto con más detalle, consideremos un cilindro con un pistón que se utiliza para comprimir aire. A medida que el pistón desciende, el volumen del cilindro disminuye y las moléculas de aire se juntan más. Esto aumenta la frecuencia de colisiones entre las moléculas, lo que hace que se transfieran más energía entre sí. El aumento de energía hace que las moléculas se muevan más rápido, lo que aumenta su velocidad.
La cantidad en que aumenta la velocidad de las moléculas depende de cuánto se comprime el aire. Cuanto más se comprime el aire, mayor es el aumento de velocidad. Esto se debe a que las moléculas se aprietan más y las colisiones entre ellas se vuelven más frecuentes.