Donante de electrones :El agua sirve como fuente de electrones para las reacciones dependientes de la luz. Durante el proceso, las moléculas de agua se dividen en iones de hidrógeno (H+) y átomos de oxígeno. Los átomos de oxígeno se combinan para formar oxígeno gaseoso (O2), que se libera como subproducto de la fotosíntesis. Los iones de hidrógeno se utilizan para reducir NADP+ a NADPH, generando un portador de electrones de alta energía esencial para el ciclo de Calvin (reacciones independientes de la luz).
Producción de oxígeno :La división de las moléculas de agua da como resultado la producción de gas oxígeno. Esto hace que la fotosíntesis sea crucial para mantener la atmósfera de la Tierra y sustentar las formas de vida que dependen del oxígeno en nuestro planeta.
Generación de gradiente de protones :La división de las moléculas de agua también contribuye a la generación de un gradiente de protones a través de la membrana tilacoide. Este gradiente es vital para la síntesis de ATP mediante fotofosforilación. A medida que los iones de hidrógeno se liberan al dividirse el agua, se acumulan dentro de la luz del tilacoide, creando una mayor concentración de protones en su interior. Este gradiente de protones impulsa la síntesis de ATP proporcionando la energía necesaria para la fosforilación de ADP.
En general, el agua es indispensable para la reacción luminosa de la fotosíntesis, ya que proporciona electrones para la producción de NADPH, permite la liberación de oxígeno y facilita la generación del gradiente de protones necesario para la síntesis de ATP. Sin agua, la reacción luminosa no podría ocurrir y todo el proceso de fotosíntesis se vería interrumpido, afectando la producción de alimentos y oxígeno esenciales para la vida en la Tierra.