Al centrarse en las contribuciones funcionales de diversas instituciones y prácticas sociales, el funcionalismo estructural puede pasar por alto las formas en que estas estructuras también pueden perpetuar la desigualdad, la opresión y la injusticia social. Puede no tener en cuenta las experiencias y perspectivas de grupos e individuos marginados que tal vez no se beneficien del orden social existente o no sean bien atendidos por él.
Además, se puede criticar el enfoque por ser demasiado determinista, al implicar que las estructuras e instituciones sociales tienen un propósito fijo e inmutable. Esto puede pasar por alto la naturaleza dinámica y evolutiva de los sistemas sociales, así como la agencia y la creatividad de los individuos y grupos para dar forma a sus propias realidades sociales.