El proceso de ruptura del enlace fosfoanhídrido en el ATP está catalizado por enzimas conocidas como ATPasas. Estas enzimas facilitan la transferencia del grupo fosfato terminal del ATP a otra molécula, como agua, ADP (difosfato de adenosina) o un sustrato enzimático específico. Como resultado de esta transferencia, la energía liberada por el enlace roto se aprovecha y puede ser utilizada por la célula.
La energía liberada por la hidrólisis del ATP es esencial para impulsar diversos procesos biológicos, incluida la contracción muscular, el transporte activo de moléculas a través de las membranas celulares, la síntesis de macromoléculas y muchos más. Sin esta fuente de energía, la actividad celular se detendría.
En resumen, eliminar un grupo fosfato del ATP libera energía debido a la ruptura del enlace fosfoanhídrido, proporcionando la energía necesaria para diversas funciones celulares.