1. Concentración: El ácido sulfúrico puede alcanzar concentraciones más altas que el ácido clorhídrico. El ácido sulfúrico concentrado suele tener alrededor de un 98 % de H2SO4, mientras que el ácido clorhídrico concentrado tiene alrededor de un 37 % de HCl. La mayor concentración de ácido sulfúrico significa que tiene una mayor cantidad de iones de hidrógeno (H+) disponibles para reaccionar con la superficie del metal.
2. Propiedades oxidantes: El ácido sulfúrico es un agente oxidante fuerte, mientras que el ácido clorhídrico no lo es. Esto significa que el ácido sulfúrico puede sufrir reacciones químicas que resultan en la liberación de oxígeno, que puede reaccionar aún más con la superficie del metal y acelerar el proceso de corrosión.
3. Formación de sulfato de hierro: Cuando el ácido sulfúrico reacciona con el hierro, forma sulfato de hierro (FeSO4). El sulfato de hierro es un compuesto soluble, lo que significa que se puede eliminar fácilmente de la superficie del metal, exponiendo el metal fresco a una mayor corrosión. Por el contrario, cuando el ácido clorhídrico reacciona con el hierro, forma cloruro de hierro (FeCl2), que es menos soluble y puede formar una capa protectora sobre la superficie del metal, ralentizando el proceso de corrosión.
4. Dependencia de la temperatura: La velocidad de corrosión del ácido sulfúrico aumenta significativamente al aumentar la temperatura. Esto se debe a que la temperatura más alta proporciona más energía para las reacciones químicas que provocan la corrosión. El ácido clorhídrico, por otro lado, es menos sensible a los cambios de temperatura y su velocidad de corrosión no aumenta tan drásticamente al aumentar la temperatura.
En general, la combinación de una mayor concentración, propiedades oxidantes, formación de sulfato de hierro soluble y dependencia de la temperatura hace que el ácido sulfúrico sea más corrosivo para el acero en comparación con el ácido clorhídrico.