Volatilización: Muchos pesticidas son volátiles, lo que significa que fácilmente pasan del estado líquido al gaseoso. Esto puede provocar la liberación de sustancias químicas nocivas al aire, donde pueden transportarse a largas distancias y contribuir a la contaminación del aire.
Deriva del rociado: Cuando se rocían pesticidas, es posible que algunas de las gotas no lleguen al área objetivo y, en cambio, se alejen, contaminando potencialmente el aire, el suelo y los recursos hídricos.
Resuspensión: Los pesticidas que se han depositado en el suelo o en las plantas pueden resuspenderse en el aire por el viento o por actividades humanas, como la labranza.
Reacciones químicas atmosféricas: Algunos pesticidas pueden reaccionar con otras sustancias químicas de la atmósfera, formando nuevos compuestos que pueden tener diferentes propiedades y efectos ambientales.
Agotamiento de la capa de ozono: Se ha descubierto que ciertos pesticidas, como el bromuro de metilo, contribuyen al agotamiento de la capa de ozono, que protege a la Tierra de la dañina radiación ultravioleta.